Nuestra historia comenzó con una frustración compartida
Era 2018 y veíamos cómo muchas empresas perdían oportunidades de crecimiento simplemente porque no sabían cómo plantear sus necesidades presupuestarias. Los bancos decían que no, los inversores no entendían los números, y los equipos internos se quedaban sin recursos.
Decidimos cambiar eso. No queríamos ser otra consultora que promete milagros, sino un equipo que realmente entiende lo difícil que es conseguir el presupuesto que necesitas. Hemos estado en reuniones tensas, hemos visto proyectos rechazados por presentaciones mal estructuradas, y sabemos lo frustrante que puede ser.
Hoy trabajamos con empresas que van desde startups que buscan su primera ronda de financiación hasta empresas familiares que quieren expandirse pero no saben cómo justificar la inversión ante los accionistas.